lunes, 7 de abril de 2014

Puntos Gatillo Miofasciales

Benemérita UNIVERSIDAD Autónoma DE PUEBLA
LICENCIATURA: FISIOTERAPIA
PERIODO PRIMAVERA 2014

DESARROLLO DE HABILIDADES TIC

ENSAYO: PUNTOS GATILLO MIOFASCIALES

e.l.f.t: Zayra López Hernández

20- MARZO-2014

RESUMEN
El músculo es un órgano complejo que nos permite movernos con facilidad en nuestra vida diaria, los puntos gatillo miofasciales son una alteración del tejido muscular debido a un proceso celular que provoca que las sarcómeras se mantengan contraídas y por lo tanto hipersensibles causando dolor si se han activado por alguna conducta que sobre esfuerce al músculo, o latentes si se encuentran indoloras pero limitando el movimiento muscular. Así pues los puntos gatillo miofasciales deben ser diagnosticados y atendidos de forma rápida y correcta para evitar sus molestias y que se agraven. En el ensayo se habla de modo general  a cerca de los Puntos Gatillo Miofasciales, sin tomar las particularidades que cada zona del cuerpo requiere, se habla de síntomas  principales y de un diagnóstico que permite realizar la ubicación de este padecimiento en cualquier músculo del cuerpo, los tratamientos  son opcionales a la elección del fisioterapeuta y el paciente así como pueden ser excluyentes unos con otro o suplementarios. La finalidad de entender todo lo anterior nos permitirá disminuir la sintomatología de los Puntos Gatillo Miofasciales  y, según me inclino yo, también a restablecer la normalidad del músculo afectado.

INTRODUCCIÓN
Debido a lo demandante que es la vida en la sociedad moderna las personas sufren de constantes padecimientos relacionados al músculo esquelético, sin embargo pocos ponen atención a estas molestias a menos que provoquen dolores insoportables que limiten sus actividades de la vida cotidiana,  así pues en este ensayo profundizaremos en una de estas causas, los punto gatillo miofasciales, padecimiento que se presenta en los músculos esqueléticos  y que a pesar de ser bastante común entre la población en general ha sido poco difundido el conocimiento que se tiene acerca de ellos.
En este ensayo conoceremos las posibles causas y tratamientos, así como el funcionamiento  de los puntos gatillo miofasciales, para lograr realizar un diagnóstico y elegir el correcto tratamiento que restituirá la función del músculo y disminuirá o eliminara el dolor existente, siendo esto último  el fin principal por el cual hemos realizado esta investigación ya que la eliminación del dolor y la restitución de la función muscular permitirán al paciente regresar a sus actividades cotidianas y desenvolverse adecuadamente en su entorno.

PUNTOS GATILLO MIOFASCIALES
El dolor muscular había sido poco estudiado hasta el siglo pasado que practicantes del área de la salud se sintieron interesados por diferenciar el origen de los distintos dolores musculares  que presenta el cuerpo humano.
Uno de los primeros en describir  los puntos gatillo miofasciales fue el alemán Froriep que en 1843 llamo Muskle Schwiele a durezas palpables y dolorosas que halló en sus pacientes. A principios del siglo XX en 1900 Adler en América le llamó reumatismo muscular, mientras que en Inglaterra Gowers (1904), Stockman (1920) y Llewelyn y Jones (1915) a la misma sintomatología la nombraron fibrositis; en otros casos se le llego a llamar reumatismo extra articular, sin embargo su etiología continuaba siendo debatida.
En 1919 Schade  aportó nuevos descubrimientos acerca de las cuerdas musculares previamente sensibles, ya que estas permanecían rígidas con anestesia profunda e inclusive después de la muerte.
Luego de una ardua investigación que realizo durante años Janet Travell publicó el primer volumen del libro Manual de los puntos gatillo en 1983 donde planteaba que “cualquier proliferación fibroblastica era secundaria a una disfunción muscular local y que cualquier cambio patológico ocurría solo cuando el problema perduraba durante mucho tiempo” y que “las características de auto perpetuación de los punto gatillo dependía de un mecanismo de retroalimentación entre el punto gatillo y el sistema nervioso central”, haciendo así que este libro se convirtiera en la base de referencia para el aprendizaje de los punto gatillo miofasciales.
Otro avance importante se dio a mediados de los 80 cuando A. Fischer  desarrolló un algometro de presión para medir la sensibilidad de los puntos gatillo miofasciales.
Mas recientemente, en 1995 Simons y cols., realizaron experimentos en conejos, lo cual les llevó a conocer que la zona de placas motoras disfuncional es la principal localización de la patofisiologia de los puntos gatillo, logrando así facilitar el entendimiento de este padecimiento y motivando investigaciones que perfeccionen e incrementen los conocimientos acerca de los puntos gatillo.
Para poder llegar a restituir la función de un músculo y eliminar el dolor debido a la presencia de puntos gatillo miofasciales es necesario tener conceptos básicos completamente claros, como lo es la fisiología del músculo y lo que son los puntos gatillo miofasciales.
El músculo consta de unidades contráctiles básicas llamadas sarcómeras, las cuales están formadas por conjuntos de filamentos consistentes de miosina y actina, los cuales les dan su fuerza contráctil; durante la contracción la actina se desliza sobre la miosina debido a la acción que produce el calcio sobre los puentes de cruce en la miosina, acortando el espacio entre la unión de una sarcómera con otra llamada banda Z.
Las sarcómeras  se unen formando una cadena llamada miofibrilla, la cual a su vez se juntan con más miofibrillas y forma fibras musculares que son las células del músculo propiamente dichas, al unir nuevamente  un conjunto de 100 fibras musculares aproximadamente se crean los fascículos  del músculo.
El músculo es inervado por una unidad motora que consta de: una motoneurona α del asta anterior de la médula, su axón (que va por los nervios espinales hacia los nervios motores para ramificarse e inervar numerosas fibras musculares) y las placas motoras (se ramifica sobre cada fibra muscular inervándola). Estos nervios transmiten la señal a los músculos por medio de potenciales de acción que mientas pasa entre nervios o músculo es  eléctrico, mientras que al transferirse de nervio a músculo se vuelve químico.
Envolviendo al músculo se encuentra una capa de tejido conectivo conocida como miofascia o fascia, pudiendo ser esta superficial o profunda  cuando se lesiona se acorta, condensa y retrae. Por ello los puntos gatillo se manifiestan principalmente en este tejido miofascial  haciendo que la contractura de las fascias provoque nódulos debajo de la piel.
El punto gatillo o tigger point  es una foco de irritabilidad en el músculo cuando este se deforma por presión, estiramiento o contractura, lo cual se produce tanto un punto de dolor local como un patrón de dolor referido y ocasionalmente fenómenos autonómicos.
Los puntos gatillo miofasciales se clasifican en  dos categorías, la primera por el dolor que producen (activos y latentes) y la segunda por su causa (en primarios y secundarios) aunque hay un tipo mas de puntos gatillo, que son aquellos que permanecen mucho tiempo sin tratamiento y se comprometen estructuras adyacentes llamados satélites.
Los puntos gatillo activos son aquellos que causan directamente dolor, por el contrario los latentes no son dolorosos a la palpación, sin embargo causan disfunción cuando se realizan algunas maniobras que exijan esfuerzo al músculo afectado, así pues los puntos gatillo latentes pueden volverse activos debido a diferentes causas que posteriormente se explicaran como factores de perpetuación.
Los puntos gatillo también pueden ser primarios si se presentan sin ninguna causa subyacente, es decir que no tienen alguna patología antecediéndoles; o pueden ser secundarios, que son aquellos que se deben a alguna enfermedad como radiculopatias o atrapamiento de nervios.
Existen dos teorías distintas con respecto a las causas de los puntos gatillo miofasciales, la primera de ellas menciona que los puntos gatillo miofasciales suelen ser resultado de un proceso lascivo en el músculo, ya sea por trauma, isquemia o cualquier acción que conlleve respuesta inflamatoria, lo cual provocara la liberación de neuropéptidos que excitarán las fibras nerviosas sensitivas  y estas a su vez producirán mediadores químicos neurovasoactivos  que no solo provocaran isquemia sino también la sensibilización de los nocioceptores  (sensibilización periférica) dando como resultado el espasmo muscular, este proceso es natural en las lesiones, sin embargo  al haber una falla fisiológica y perpetuarse este proceso por mas tiempo del debido se crean los puntos gatillo miofasciales.
La segunda es la llamada Teoría de la Crisis de Energía  la cual inicia con la liberación excesiva de acetilcolina (neurotransmisor que activa la liberación del calcio contenido en el retículo sarcoplasmico  de la sarcolema) luego este neurotransmisor produce la despolarización en el músculo  y se libera  calcio en exceso que actuará en los puentes de cruce dando  inicio a la contracción muscular sostenida, llevando esto a un fallo en la recaptación de calcio que aumenta la demanda de energía por parte de la sarcómera y crea una retroalimentación positiva que perpetúa la contracción del músculo y por lo tanto crea los puntos gatillo miofasciales.
Ambas teorías son bastante plausibles e incluso podría decirse que se unifican en la hipótesis integrada de Simons la cual inicia con un aumento en la liberación del neurotransmisor acetilcolina (lo cual podría deberse a un trauma inicial en el músculo), llevando a una contracción sostenida de la sarcómera, lo que provoca isquemia y aumento en el metabolismo de esta, resultando en una crisis energética que envía sustancias sensibilizadoras a los nervios provocando dolor y la liberación de acetilcolina nuevamente.
Otros factores que pueden favorecer en la creación de puntos gatillo miofasciales  son las alteraciones posturales, metabólicas, nutricionales, del patrón del sueño, psicológicas y del área afectiva, mientras que existen factores perpetuantes de dicho padecimiento como lo son el estrés mecánico como asimetrías esqueléticas o las desproporciones, las disfunciones articulares, desarreglos endocrinos, factores psicológicos, micro traumas repetidos, infecciones crónicas, compresión nerviosa, otras patologías y enfermedad visceral crónica.
Existen diversos métodos de identificar y diagnosticar correctamente si el paciente tiene puntos gatillo miofasciales, algunos mas eficientes que otros o mas difundidos, sin embargo en los textos refieren que la mejor y única forma de diagnostico confiable es un minucioso examen físico en conjunto con la historia clínica completa del individuo para ello tenemos unos cuantos criterios de diagnostico bastantes simples y que con el perfeccionamiento de la técnica se debe llegar a un rápido diagnostico.
Uno de los primeros criterios es encontrar una banda muscular palpable que representa un espasmo segmentado de una porción del músculo, y que es donde se encuentra alojado el punto gatillo mostrándose como el punto máximo de dolor ante la palpación.
Otro signo importante como criterio diagnostico es la respuesta de espasmo local (REL)  que se produce ante la palpación súbita o rápida del punto gatillo miofascial. Así como el movimiento restringido y la debilidad a causa de la inhibición central que se desarrolla para proteger al músculo de un grado doloroso de contracciones.
En conjunto con los criterios de diagnostico se encuentran los síntomas que son característicos de este padecimiento y que reafirman la veracidad de la diagnosis. Un síntoma primordial es el dolor, que es por lo cual llegan los pacientes a consulta, el cual varía de hora en hora y de día en día, pudiendo confundir los puntos gatillo  como activos o como latentes, al dolor ante la palpación se le puede agregar como compañero el dolor referido, que esta lejos de la ubicación del punto gatillo y no sigue los  patrones específicos de cada músculo aun cuando sigue el mismo miotoma, dermatoma o esclerotoma  pero sin abarcar todo el segmento que este inerva.
Otros síntomas quizá menos tomados en cuanta son los fenómenos autonómicos: vasoconstricción localizada, sudoración, lagrimeo, coriza, salivación y actividad pilo motora, signos secundarios de tipo propioceptivo (perdida de equilibrio, tinitus, pérdida de coordinación motora).
En el examen físico no solo se puede hacer uso de la sintomatología, también se debe realizar una técnica especial para identificar mediante palpación las bandas fibrosas o bandas palpables anteriormente mencionadas, esta técnica consiste en mover las yemas  de los dedos deslizándolas a lo largo del músculo aprovechando la movilidad del tejido subcutáneo.

Algunos complementos al examen físico son:
·         La electromiografía, que expone el incremento de la actividad eléctrica espontanea en los puntos gatillo.
·         Estudios de fatigabilidad, rigidez y debilidad subjetiva, dolor  y pérdida del rango de movilidad (goniometría).
·         La ultrasonografía puede visualizar la respuesta espasmódica al estimular el punto gatillo.
·         La termografía muestra áreas de incremento de la temperatura cutánea en la región de los puntos gatillo miofasciales.
·         Se puede usar un algometro para cuantificar la sensibilidad en un punto muscular.
Con un diagnostico claro y ante la historia clínica del paciente lo mas difícil de los puntos gatillo es su tratamiento o siquiera su elección debido a la amplia variedad de estos. Existen muchos tratamientos que se pueden hacer uso incluso en conjunto con el fin de acelerar el proceso o mejorar los resultados, sin embargo su elección dependerá de los criterios del fisioterapeuta y de los requerimientos del  paciente.
El tratamiento farmacológico es aun estudiado, por lo que son aun muy pocos los resultados benéficos obtenidos de este campo.
El tratamiento conservador al contrario del anterior ha sido bien estudiado y a pesar de que existen grandes debates con respecto a su eficacia se han demostrado mejorías que deben tomarse en cuenta, entre estos tratamientos se encuentran las técnicas manuales como lo son:
·         Estiramiento analítico: estiramiento específico de un músculo mediante técnicas pasivas durante tiempos prolongados (30 seg.) o activas durante tiempos cortos.
·         Spray y estiramiento: Se combina la aplicación de un spray refrigerante con el estiramiento, es menos doloroso y  mejor tolerada, se puede cambiar el spray por hielo  llamándolo frio intermitente con estiramiento.
·         Técnicas de compresión: Se aplica compresión isquémica  hasta llegar al umbral del dolor, se ha propuesto cambiarla por la de liberación de presión, en donde no se busca llegar al umbral de dolor sino liberar la tensión en la banda tensa que alberga el punto gatillo. Estas técnicas se deben utilizar en conjunto con algún estiramiento muscular.
·         Percusión y estiramiento: Se infringen pequeños golpes con un martillo de reflejos a una frecuencia no superior a 1 golpe por seg. y no menor a 1 golpe cada 5 seg. Partiendo de la posición de estiramiento del músculo.
·         Masoterapia: Por medio del masaje el fisioterapeuta intenta estirar localmente las sarcómeras del músculo que se encuentran acortadas.
·         Técnica de relajación postisométrica: Utiliza los principios neurofisiológicos de la relajación postisométrica a través de contracciones voluntarias seguidas de fases de elongación muscular activa o pasiva.
·         Otras técnicas utilizadas que se refieren a la elongación del músculo afectado son las técnicas de inhibición muscular que utilizan contracciones isométricas.
 Los otros tratamientos conservadores son las técnicas instrumentales como los ultrasonidos, el calor húmedo, y la electroterapia en sus diferentes modalidades.
Los tratamientos más populares por su rapidez y eficacia aunque son preferentemente recomendables para los puntos gatillo miofasciales satélite; estas son las técnicas de tratamiento invasivo que constan de técnicas de infiltración de los puntos gatillo en la que figura principalmente la punción seca en la que se hace uso de agujas de acupuntura introduciéndolas ya sea superficial (a una profundidad máxima de 1cm)  o profunda (técnicas de entrada y salida rápidas de Hong o la técnica de estimulación intramuscular de Gunn).
El objetivo principal de cualquier tratamiento que se elija es el de restaurar la longitud normal y en reposo de la fibra muscular, eliminando así los punto gatillo miofasciales permitiendo deshacernos del dolor y regresar al individuo la normalidad y calidad de movimiento muscular para desenvolverse adecuadamente en su vida cotidiana.

CONCLUSIÓN
Los punto gatillo miofasciales afectan a la mayoría de la población y aunque su conocimiento ha sido poco difundido debemos interesarnos mas en lograr que todos los practicantes de la salud tengan una percepción general de a que se refiere este problema y así lograr evitar complicaciones que incapaciten o  limiten a quien sufra de puntos gatillos miofasciales. Lo mas importante de conocer lo que son los puntos gatillo miofasciales es centrarse en el desarrollo y la comprobación de las técnicas de tratamiento para quienes ya viven con los síntomas de los puntos gatillo miofasciales para así llevar a cabo un tratamiento seguro y una recuperación completa del problema.





REFERENCIAS:
· Climent J. M., (2011) Bases neurofisiológicas del síndrome miofascial. http://www.acmcb.es/files/425-1743-DOCUMENT/Climent-7-7Abr11.pdf. España
 Estévez Rivera E. A., (2001) Dolor miofascial. http://www.institutferran.org/documentos/dolor_miofascial_revision.pdf Colombia: MEDUNAB
·         Niel-Asher S., (2008) El libro conciso de los puntos gatillo. España: Paidrotribo
·         Ruiz M., Nadador V., Fernández-Alcantud J., Hernández-Salvan J., Riquelme I., Benito G., (2007) Dolor de origen muscular: dolor miofascial y fibromialgia. http://scielo.isciii.es/pdf/dolor/v14n1/revision1.pdf. España
·         Simons G. D., Travell G. J., Simons S. L., (2002) Dolor y disfunción miofascial. El manual de los puntos gatillo. U.S.A.: Panamericana.


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